lunes, 10 de marzo de 2008

No a la intervención del imperialismo norteamericano en América Latina


Desde la Agrupacion Eternautas de la FADU repudiamos el asesinato del comandante de las FARC Raúl Reyes y 16 guerrilleros más de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia perpetrado por el gobierno de Álvaro Uribe en territorio ecuatoriano.

Este hecho significa una agresión directa a la soberanía ecuatoriana, al mismo tiempo que busca atentar contra el proceso de integración regional y contra las misiones humanitarias para la liberación de los rehenes que propiciaban un escenario proclive a una solución política del conflicto colombiano.

De este modo, el Plan Colombia vuelve a instalarse violentamente en la región, a través del accionar del Ejército colombiano, financiado y entrenado por los Estados Unidos, buscando desestabilizar el proceso de integración latinoamericano y legitimar la intervención militar norteamericana.

En América Latina los gobiernos se parecen cada día más a sus pueblos. La derrota del ALCA, el fortalecimiento del MERCOSUR, la experiencia ALBA, el Banco del Sur, las reformas institucionales construyendo una democracia participativa sin precedentes, el avance permanente en la conquista de la justicia social, y el intercambio comercial basado en la integración política y cultural, están consolidando un polo de poder regional que busca autonomizarse de la hegemonía imperial norteamericana.

Pero quizás el elemento que más preocupa a los poderosos del mundo es la recuperación por parte de los gobiernos de los recursos naturales. El petróleo, el gas, la tierra, el agua dulce y otras riquezas son una enorme fuente de riqueza y representan una gran posibilidad de desarrollo autónomo.
Los Estados Unidos no sólo financian la militarización del conflicto político colombiano, a través de ayuda militar y económica que sustenta a las fuerzas armadas de Uribe y a los paramilitares asociados al narcotráfico. En el 2007 la CIA y los agentes norteamericanos intervinieron decididamente en Venezuela durante todo el proceso de la reforma constitucional, operaron generando desestabilización en Bolivia por intermedio de las élites tradicionales de la regiones ricas de la “Media Luna”, amenaza desde la triple frontera a Brasil, Paraguay y Argentina con el argumento del terrorismo internacional, pretende impedir la consolidación de gobiernos democráticos cómo el de Ecuador y el de Nicaragua, condiciona al gobierno De Lula mediante factores de poder económico interno aliados a sus intereses, y sobre el recién asumido gobierno argentino generó una maniobra internacional para sembrar un manto de sospecha sobre legitimidad en el manejo de los fondos durante el proceso electoral.
Es el gobierno norteamericano el que no respeta las democracias y la autodeterminación de los pueblos porque allí donde el gobierno no le responde desconoce la voluntad popular. Por eso propició la incursión militar en territorio del Ecuador y el asesinato del Comandante Raúl Reyes y 16 integrantes más de las FARC-EP.
Sin embargo nada será capaz de detener la marcha de nuestros pueblos, nuevamente unidos y organizados, retomando el legado de los primeros libertadores, de San Martín y Bolívar, y de todos los que ofrendaron sus vidas por una América integrada con soberanía política, independencia económica y justicia social.

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